SEMANA #1: COMUNIDAD

DÍA 2: TIEMPO JUNTOS
10 DE SEPTIEMBRE DE 2019

 Algunas personas son extrovertidas. Se sienten cómodos en grupos. Tienden a ser amigables, habladores, asertivos, y disfrutan hacer nuevas amistades. Unas horas en compañías de otros tiende a restaurarlos y darles energía, mientras que la soledad puede ser una experiencia drenante.

También hay personas introvertidas. No significa que sean necesariamente tímidos ni tampoco antisociales. Simplemente se sienten más cómodas estando solas que en grupos. Usualmente son pensativas y reservadas. Es muy común que tengan muchos amigos, pero son restaurados y energizados por el silencio y  momentos en solitario.

La mayoría de las personas está entre una de estas dos descripciones. Dios entiende nuestras tendencias sociales pues Él nos creó de manera tal que necesitemos tanto tiempo a solas como tiempo en grupos.

Hoy en día podríamos perder espacios de disfrutar de estas oportunidades. Podríamos trabajar, guiar o comer por nuestra cuenta, aunque esto no necesariamente cuenta como soledad. Y, pudiéramos estar rodeados de gente, y no estar necesariamente unidos a ellos. Hechos 2, que describe el nacimiento, crecimiento, y vida dinámica de la iglesia primitiva, hace referencia sobre los seguidores de Jesús compartiendo tiempo juntos:

“Todos los creyentes se dedicaban a las enseñanzas de los apóstoles, a la comunión fraternal, a participar juntos en las comidas (entre ellas la Cena del Señor), y a la oración. Un profundo temor reverente vino sobre todos ellos, y los apóstoles realizaban muchas señales milagrosas y maravillas. Todos los creyentes se reunían en un mismo lugar y compartían todo lo que tenían. Vendían sus propiedades y posesiones y compartían el dinero con aquellos en necesidad. Adoraban juntos en el templo cada día, se reunían en casas para la Cena del Señor y compartían sus comidas con gran gozo y generosidad, todo el tiempo alabando a Dios y disfrutando de la buena voluntad de toda la gente. Y cada día el Señor agregaba a esa comunidad cristiana los que iban siendo salvos” (Hechos 2:42-47 NTV).

Aquellos primeros seguidores de Jesús no solo iban al templo los domingos y saludaban solo a aquellos que conocían. Sus vidas estaban entrelazadas. Se reunían juntos en masa (en el templo) y en grupos pequeños (en sus hogares). No solo compartían su tiempo; compartían sus vidas.

No importa cuánto tiempo lleves como seguidor de Jesús, sin importar si eres extrovertido o introvertido, fuiste creado tanto para la soledad como para la comunidad. Dios que nos conoce mejor que nosotros a nosotros mismos,  nos muestra en Hechos  2 cómo podría ser nuestra vida en comunidad. Dios nos ha dado la familia de la fe para que alabemos juntos en el templo y compartamos nuestras vidas en grupos pequeños.

Por eso esta primera semana del Reto Metropolitano está enfocado en la vida en comunidad. Así como aquellos primeros seguidores de Jesús, nosotros necesitamos compartir nuestras vidas en grupos pequeños para que podamos experimentar la comunidad auténtica mediante el amor, apoyo, y ánimo de los que nos rodean. Pasar tiempo juntos abre la puerta al gozo y al crecimiento en el Señor.