“Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.” -ROMANOS 8:18
Esta porción bíblica la he hecho muy mía desde hace varios años. Cuando me tocó renunciar (justamente dos días antes de que comenzara todo esto del distanciamiento), a lo que llegó a ser mi trabajo por un año y medio, volví a afirmar que, sin importar las dificultades que podía estar atravesando en el momento, la promesa que Dios tenía para mi vida era mucho más grande. En medio de todo entendí que, si yo había puesto mi vida en las manos de Dios, no hay razón alguna para preocuparme, y entonces dejé de preguntar “¿por qué esto me está pasando?” y cambié a “¿qué esto me está enseñando?”
Todos en algún momento hemos pasado por diferentes adversidades, y estas son neutras en resultado, pues el efecto que nos pueda causar es determinado por nuestra actitud. Yo no sé por lo que estás o pudiste estar atravesando. Pero es importante que sepas que, cada batalla y sufrimiento que te toca atravesar hoy, valdrá la pena después. Créele a Dios y no a lo que las circunstancias te digan. Levántate y sigue caminando hacia su propósito, porque todo podrá parecer estar en tu contra hoy, pero Dios permanece firme.
“Tu problema tan solo será, el pretexto divino que Dios usará para mostrarte su Gloria.”
Nicole C. Santiago Luyanda