“YO soy la puerta, el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos” Juan 10:9
Desde niño, en los tiempos del Castillo del Rey, siempre nos hablaban acerca de cómo Jesús es el camino, la vida y la verdad. Durante ese tiempo tuve la oportunidad de volver a aceptar al Señor a través de una gran maestra, Delfina Rodríguez, que oró por mí y otro compañero. En el tiempo en que estuve viviendo esa relación con el Señor, tenía bien claro que, sin Él no había camino y que sin Él, los planes que tenía para mi vida no se cumplirían.
Al pasar los años, tuve la oprtunidad de participar de los encuentros de verano de la Iglesia en el Campamento Morton de Barranquitas. El tema de ese encuentro fue “Transformados”. Durante el evento pude experimentar una verdadera transformación que marcó mi vida. Una de esas noches, de lo poco que recuerdo del sermón, el predicador hace un llamado a todos los que quisieran pasar al frente para orar por ellos. Nunca me había parado al frente de tantas personas para que oraran por mí. Al principio no me quería poner de pie, pero algo dentro de mí me dijo que me parara y que pasara al frente para que oraran por mí. Cuando paso al frente, tenía un poco de miedo por todas las cosas que estaban pasando a mi alrededor. Pero solo me enfoqué en la oración. Mientras oraban por mí, el Señor se manifestó por medio de la persona que oraba por mí y comenzó a hablar y decirme de los grandes planes que Dios tenía para mi vida. Que Él es quien tenía mi camino trazado, que confiara solamente en Él.
Con el tiempo sostuve una relación que me llevó a alejarme de los planes y el camino que el Señor tenía trazado para mi vida. Tuve una segunda oprortunidad de regresar a Morton y para mi sorpresa el Señor se movería de manera sobrenatural en el campamento. Una de las noches vuelvo a pasar al frente luego que sostuviera una batalla interior de si pasaba o no. Ya había tomado decisiones que para mi entender me habían alejado del camino y los planes que el Señor tenía para mí.
Antes de pasar al frente sostuve una pequeña conversación con una persona que yo considero sumamente especial para mi vida, la pastora Milly Cortés. Ella se preguntaba cómo alguien como yo podía haber hecho todo lo que hice y a la misma vez tener una relación con el Señor. Ella me invita a pasar al frente e invita a un grupo de personas para orar por mí. En esa oración, el Señor se vuelve a manifestar por medio de la pastora y ella comienza a darme un mensaje de parte del Señor. Las palabras que el Señor me dijo en esa noche nunca se me van a olvidar “Grandes planes tengo contigo, te llevaré por lugares que jamás pensastes pasar, abriré puertas nuevas y cerraré las puertas que no te convienen”.
Algo que tampoco olvidaré de esa oración es que uno de los que oró por mí se inclina y me unje los pies. Cuando acaba de orar se me acerca al oído y me dice: “El Señor me dijo que te unjiera los pies porque te va a llevar por lugares que jamás pensastes pisar”.
Gracias a esa experiencia puedo recalcar lo que el Señor nos dice en su Palabra, “Yo soy el Camino, la Vida y la Verdad”. Puedo decir que el Señor me ha llevado a lugares que jamás pensé estar, ha abierto puertas y también ha cerrado muchas. Al principio me preguntaba por qué, pero con el tiempo entendí por qué cerró esa puerta. Te invito a que tengas esa relación con el Señor que es algo que JAMÁS te arrepentirás de tener. Solo confía en Él, porque los planes del Señor siempre son perfectos. También te dejo mi versículo favorito que lo atesoro mucho y que una vez una persona me lo compartió “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis” (Jeremías 29:11). Dios te bendiga.
Víctor “El Alcalde” Hernández