“Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti. 2. Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; mas sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria. 3. Y andarán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento” (Isaías 60: 1-3).

Recuerdo de niño que siempre buscaba que alguna luz estuviese prendida antes de dormir. Los niños, por lo regular se sienten vulnerables y asustados ante la oscuridad. Creo que en todas las etapas de la vida podemos relacionarnos a esta sensación de incertidumbre ante la oscuridad. Necesitamos y anhelamos ser rescatados de las tinieblas y que nuestros alrededores se iluminen para que podamos ver. Y es exactamente ese el regalo que recibimos con el nacimiento de Jesús. El rescate de nuestros corazones ante la oscuridad.

Por medio del profeta Isaías, Dios le dice a Israel, “¡Levántate, resplandece!”, ante la llegada de la luz de Jehová a su pueblo escogido. Y aunque este texto es dirigido específicamente a Israel, tiene aplicación para nosotros en el día de hoy. No hay que ir tantos capítulos atrás en Isaías para ver que Israel estaba apartado del Señor. Sin embargo, al pueblo sumido en tinieblas le dice “resplandece” porque las naciones serán atraídas a su luz.

Cada día nuestra sociedad quiere vivir una vida apartada del Señor. En ocasiones son las circunstancias de la vida las que oscurecen nuestro panorama. ¡Pero hay una buena noticia! ¡La luz ha llegado y las tinieblas no la pueden extinguir! (Juan 1:5). Hoy hay personas que necesitan escuchar que no hay oscuridad que impida que el amor de Jesús le visite. Tampoco hay tiniebla en nuestra vida que Jesús no pueda ahuyentar. Lo maravilloso de caminar en la luz de Jesús es que podemos ver la ruta que él ha trazado para nuestras vidas. Es por su amor inagotable que Jesús, conociendo lo que atravesaría, decidió visitarnos para sacarnos de las tinieblas a su luz.

Compartamos la Buena Noticia del nacimiento de Jesús. La esperanza que tanto anhelábamos ha llegado y busca una relación con nosotros. Hoy podemos levantarnos y resplandecer a las vidas que tanto necesitan la luz de Cristo.

“Nadie enciende una lámpara y luego la pone debajo de una canasta. En cambio, la coloca en un lugar alto donde ilumina a todos los que están en la casa. De la misma manera, dejen que sus buenas acciones brillen a la vista de todos, para que todos alaben a su Padre celestial. (Mateo 5: 15-16).

¡Dios les bendiga!

Anthony Vives

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