Día 10: Elijo la Esperanza [Oración XL]

Esta esperanza mantiene firme y segura nuestra alma, igual que el ancla mantiene firme al barco. Es una esperanza que ha penetrado hasta detrás del velo en el templo celestial, 20 donde antes entró Jesús para abrirnos camino, llegando así a ser Sumo sacerdote para siempre, de la misma clase que Melquisedec (Hebreos 6:19-20, DHH).”

En un mundo que enfrenta tiempos inciertos, el pueblo de Dios necesita esperanza ahora más que nunca. La escritura de hoy nos recuerda la certeza que tenemos en las promesas de Dios. El Dios que cumplió su promesa a Abraham, es el mismo Dios en quien confiamos. Abraham esperó pacientemente y se cumplió la promesa para él y Sara. Su historia nos recuerda que aquellos que esperan con fe y paciencia "heredarán lo prometido".

Cuando la vida se vuelve difícil, es fácil obsesionarse con los problemas y olvidar las promesas. Pero nuestra esperanza está en Jesucristo, quien nos acerca al trono del cielo, donde podemos echar todas nuestras cargas ante Dios. Como resultado de la promesa de Dios a Abraham y el cumplimiento de Su promesa en Jesucristo, hemos sido invitados a este lugar que nunca antes había sido accesible.

La esperanza que tenemos en Jesús nos da un ancla confiable para nuestras almas, un ancla que está anclada hacia el cielo, que nos mueve hacia adelante y que permanecerá firme y segura sin importar cuán tormentosas se pongan nuestras vidas. El autor dice: "Tenemos esta esperanza"; está en tiempo presente, lo que significa que lo tenemos ahora, continuamente. A pesar de lo que vemos y sentimos, todavía existe la certeza de lo que Dios ha prometido: esperanza en Jesucristo.

Orar

Soy elegido por Dios y elijo la esperanza. Gracias por infundir en mi corazón herido las seguridades sólidas de Tu verdad, misericordia y control sobre cada evento que me toca. Ayúdame a poner mi esperanza donde Tu Palabra me dice que la ponga: en Ti y Tu promesa de un futuro abundante contigo para siempre.