"Porque todos los que se ensalzan a sí mismos serán humillados, y los que se humillan serán ensalzados (Lucas 14:11)".

Es mucho más fácil conseguir abajo que arriba, pero el dolor que ocurre en el proceso es, la mayoría de las veces, cualquier cosa menos agradable. La gravedad tira de todos nosotros, y con fuerza y esfuerzo la resistimos porque caer usualmente significa rasguños y magulladuras. Caer no es divertido. Te hace lucir débil y vulnerable, y es algo que la mayoría de nosotros queremos evitar desesperadamente. Pero en el reino de Dios al revés ocurre lo contrario.

Jesús no llegó como un gigante entre los hombres, sino como un niño en un pesebre. Dios podría haberle arreglado un castillo y guardias, pero ni siquiera tenía una habitación. Pudo haber tenido una rica dotación, pero era un pobre carpintero. Esta posición humilde, que para el mundo puede parecer débil y patética, es realmente celestial y eterna. La humildad es el fundamento de toda justicia.

La naturaleza contradictoria de ocupar el último lugar es en realidad el remedio para toda nuestra ira, frustración y amargura. Toda nuestra autoprotección y autopromoción proviene de nuestra búsqueda y / o creencia en nuestro propio significado. Pero cuando aceptamos la noción de que los demás importan más que nosotros, nos liberamos de la competencia de la vida. Elegir la humildad nos libera de la esclavitud del pecado que intenta levantarnos con nuestra propia fuerza en lugar de la fuerza del Espíritu Santo que está dentro de nosotros.

En todo lo que hizo, Cristo fue obediente al Padre, asumiendo la posición de siervo, que era, a los ojos del mundo, la posición más baja que uno podía tener. Lo que nos queda, por tanto, es la obediencia que Cristo ejemplificó. Nada podría ser más atrasado en la cultura actual que elegir la humildad.

Orar

Soy elegido por Dios y elijo la humildad. Si Jesús pudo humillarse y servir, yo también debería. Lo admito, Señor, eso es difícil para mí. Ayúdame a aceptar esta nueva realidad que está arriba y darme cuenta de que no es algo que puedas hacer por mí, es algo que tengo que elegir por mí mismo.