"Cristo murió por nosotros para que—estemos vivos o muertos cuando regrese—podamos vivir con él para siempre. Así que aliéntense y edifíquense unos a otros, tal como ya lo hacen. (1 Tesalonicenses 5: 10-11)".
Para que el pueblo de Dios se convierta en una morada para la presencia de Dios, entonces cada cristiano individual debe comprometerse a edificarse unos a otros. La edificación es el término bíblico para este proceso. La meta de la edificación es la madurez espiritual y la semejanza a Cristo. A medida que cada miembro individual hace su parte para edificar a los demás en la Iglesia, la Iglesia entera crece, madura y se vuelve saludable.
Con mucha facilidad nos hablamos palabras que hieren, critican o derriban o palabras que simplemente son inútiles. Más bien, debemos edificarnos unos a otros con palabras de gracia. Las palabras de gracia son la elección correcta de las palabras pronunciadas en el momento correcto con el espíritu correcto. Las palabras de gracia ministran a otros y satisfacen sus necesidades. Estas palabras expresan amor, aliento, aceptación y afirmación. ¿Cuál de nosotros no se edifica en nuestro espíritu cuando escuchamos palabras genuinas como "Te aprecio"? "Te amo." "Dios te ha usado para ministrarme". "Gracias por su ministerio desinteresado". "He notado la forma en que Dios está cambiando esta área de tu vida y me regocijo contigo por eso".
Es fundamental comprender esto: Dios está construyendo algo en la vida de cada seguidor de Jesucristo. Él tiene un plan de construcción personal para tu vida que apunta hacia donde necesitas crecer y cambiar. La mayoría de las veces, las personas que lo rodean también notan las áreas que necesitan mejoras. Cuando inserta sus palabras críticas en medio de lo que Dios está trabajando, en esencia está destruyendo lo que Dios está haciendo en su vida. En cambio, "di lo que es bueno". Diga palabras que sean útiles para el programa de construcción de Dios en su vida.
Orar
Soy elegido por Dios y elijo la edificación. Padre Celestial, no es mi intención tener un espíritu crítico y, a veces, mis palabras críticas están destinadas a alentar, pero necesito seguir el modelo de mis palabras de acuerdo con lo que Tú me dices. Lamento todas las formas en que derribo Tu trabajo en los demás. Recuérdame en el momento que tenga más cuidado. Ayúdame a edificar a alguien hoy con mis palabras.