Día 36: Elijo la Unidad [Oración XL]

"Pero Dios ha unido todas las partes de nuestro cuerpo de la manera que él decidió que es mejor. Un cuerpo no es realmente un cuerpo, a menos que haya más de una parte. Se necesitan muchas partes para hacer un solo cuerpo (1 Corintios 12 : 18-20) ".

¿Alguna vez ha experimentado la frustración de armar un rompecabezas, solo para descubrir al final que faltaba una pieza? A pesar de que esa pieza es solo una pequeña parte del rompecabezas, su ausencia deja un defecto muy notable en toda la imagen.

Como creyente, tienes un trabajo importante que hacer. Tiene un papel importante que desempeñar en la Iglesia de Jesucristo. Y es el trabajo de cada creyente discernir correctamente su papel en el plan de Dios y servir con entusiasmo, sin importar el trabajo que Dios le pida que haga.

Aquí hay una verdad importante: el cuerpo funciona mejor cuando todas sus partes trabajan unidas. Como creyentes, todos somos diferentes. Tenemos diferentes dones y habilidades, y tenemos diferentes trabajos que hacer. Pero todos pertenecemos al mismo cuerpo. Un creyente funciona mejor cuando está conectado con otros creyentes.

La unidad no ocurre accidentalmente. Debes buscar intencionalmente tu lugar en el cuerpo de Cristo. Con el tiempo, descubrirás cómo te ha regalado Él y en qué eres bueno. ¡Cada parte importa! Y cuando encuentre su lugar y comience a servir a Su iglesia, descubrirá un gran gozo.

Queremos ver crecer a la iglesia, pero no es para jactarnos en el número de asistentes. ¡A medida que la iglesia crece, significa más del pueblo de Dios con quien ministrar! Más miembros significa más ministros porque todos tienen un papel que desempeñar. Realmente no se ha unido a una iglesia hasta que se ha convertido en un socio en el ministerio; llenando un lugar donde se te necesita; un rol en el que puedes servir.

Orar

Soy elegido por Dios y elijo la unidad. Padre, quiero desempeñar mi papel, encontrar mi lugar en la obra del reino y usar mis habilidades para Tu gloria. Renueva mi deseo de servirte, Dios. Ayúdame a dejar atrás las decepciones del pasado y perdóname por envidiar las habilidades de los demás. Creo que soy tu mano de obra, dotado de forma única para las buenas obras que preparaste de antemano para que las hiciera.