El gozo de Dios no se basa en las circunstancias. No se basa en lo que tenemos o no tenemos. La alegría no se basa en cómo nos sentimos o en lo que está sucediendo en nuestras vidas. La alegría proviene de la confianza. Romanos 15:13 dice, "Que el Dios de la esperanza los llene de toda alegría y paz a ustedes que creen en él, para que rebosen de esperanza por el poder del Espíritu Santo.

Si no confías en Dios, te sentirás desanimado y cansado, pero al confiar en Él, nosotros también podemos encontrar la fuerza para vivir la vida con gozo. La alegría no es una emoción que brota constantemente de nuestras vidas sin que tengamos que pensar en ello. Eso no quiere decir que la alegría no pueda convertirse en un fruto siempre presente que siempre está disponible y creciendo en nuestras vidas, ¡porque puede serlo! Así como es necesario cuidar un jardín para que produzca frutos abundantes, hay ciertas cosas que debemos hacer para cultivar este fruto del Espíritu en nuestras propias vidas. Al elegir considerar a Cristo y lo que Él hizo por nosotros, al volver nuestro corazón agradecido a Él, y al mirarlo con confianza, también estamos tomando la decisión de “crecer” en gozo.

Todos sabemos que hay otras opciones ante nosotros cuando llegan tiempos difíciles. Podemos enojarnos con Dios por su papel al permitir la prueba. Podemos desanimarnos porque esperábamos una vida más fácil con Cristo. Incluso podemos desarrollar una mala actitud persistente en una prueba que no permite que otros vean nuestra esperanza en Él en medio de lo que Dios está haciendo. ¡El gozo es una opción mucho mejor!

Orar

Soy elegido por Dios y elijo el gozo. No puedo aguantar con mis propias fuerzas, pero si confío en Tu fuerza, puedo aguantar con gozo. Sé que contigo todo es posible y por eso elegiré regocijarme en todo momento.