Permaneced en mi, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí”.
“Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí y yo en él éste lleva mucho fruto; porque separados de mi nada podéis hacer” (Juan 15:1 y 4).
¡Tremenda declaración y exhortación para nosotros expresada por nuestro Señor Jesús!
Las enseñanzas de Jesús regularmente vienen acompañadas de ejemplos de la vida cotidiana. Esto, con el fin de ilustrar su mensaje de manera simple y así nosotros poder internalizar su enseñanza en nuestra vida.
Aunque los viñedos no son tradición en nuestra cultura, podemos visualizar esta ilustración cuando cultivamos una planta caribeña para que provea buen fruto. Su cultivo, su alimentación y sustento dependerán de la sabiduría y destreza con que yo cuide mi cultivo. Pero es esencial que las ramas de la planta permanezcan firmes al tronco, para que aparezca finalmente el buen fruto, de calidad y saludable. Esto incluirá cortar las ramas secas que no se desarrollen adecuadamente.
Jesús dijo ser “la vid verdadera” y no cualquier vid. Pues es la fuente de alimentación correcta y de calidad la que dará el fruto esperado. Una fuente de alimentación deficiente, de baja calidad, y falsa, producirá fruto inaceptable y desechable. Jesús nos comparó con, las ramas, alimentándonos de Él para que demos fruto abundante. Esa es su expectativa. Por eso Jesús nos pide nutrirnos de la verdad. Juan 14:6 dice, “Yo soy el Camino, la Verdad, y la Vida...
“Permanecer”: Jesús repite y enfatiza en muchos de sus mensajes esta condición, lo cual resulta en el cumplimiento de su propósito en nosotros.
l Permaneced en mi Palabra, en la Verdad:
Juan 8:32 “permaneceréis en mi palabra…y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”.
l Permaneced en el amor:
Juan 15:9 “permaneced en mi amor”
Juan 15:12 “Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros, como yo os he amado”.
Jesús, además de exhortarnos a permanecer en Él, nos promete que Él mismo permanecerá en nosotros. ¡Qué grande es esto!
“El que permanece en mí y yo en él este lleva mucho fruto” (Juan 15:4)
Precisamente, “permanecer en el amor y en el amor al prójimo”, es un mensaje que se ha grabado en mi pensamiento constantemente durante todo este tiempo de aislamiento del COVID 19. Esto es tan primordial para nuestro Señor Jesucristo, que el amor es el 1ero y 2ndo mandamiento que nuestro Padre ha establecido.
Mi ruego a mi Padre Celestial, es y será, que me ayude y me enseñe a amarlo a Él y al prójimo como Él nos ha amado. Así cierra Jesús su mensaje de “Yo Soy la Vid Verdadera”: Este es mi mandamiento que os améis unos a otros como yo os he amado” (Juan15:12).
Zydnia Colón