Cuando terminó de hablar, le dijo a Simón: “Ahora ve a las aguas más profundas y echa tus redes para pescar” (Lucas 5:4).
Conversaba con un grupo de mujeres, que este asunto de mantenernos en la casa ha provocado un rediseño de nuestra forma de compartir las buenas nuevas, de dar testimonio. El mensaje de “tú a tú” no es posible, las reuniones pequeñas o grandes se han pospuesto hasta un “nuevo aviso”.
Hace un tiempo se puso de moda la palabra “reinventarnos”, palabra que al parecer no ha pasado por desapercibida del vocabulario de Dios. Como nos compartía el Pastor barbudo en su prédica, Jesús, que no era un hombre de pesca, le pidió a Simón que llevara las barcas a aguas más profundas. Me imagino la cara de Simón, mientras se rascaba la cabeza y le decía a Jesús – “pero si estuvimos toda la noche pescando y no pescamos nada; y tú me dices que bogue más adentro. ¿Quién sabe más de esto, tú o yo?”. Cierro los ojos y contemplo la escena en mi mente y me imagino a Jesús amorosamente decirle a Simón: “tienes razón, tú sabes más de eso que yo, pero hoy te pido que, por favor, bogues a aguas más profundas”.
Me encanta Jesús, sabe cómo desarmarnos. Reconoce que tenemos unos dones y habilidades que hemos puesto a su disposición, pero nos quiere mover a realizar el ejercicio de pescar mar adentro. Que aprendamos a reinventarnos, que hay otras formas de llevar la palabra de Dios, de servirle.
Las mascarillas no permiten que podamos comunicarnos fácilmente, pero podemos hablar con los ojos. Podemos expresar con nuestros labios unos buenos días en la fila del supermercado y expresar con los ojos la alegría de esos “buenos días”. Podemos expresar con nuestras manos enguantadas el gesto de un abrazo y hasta hacer un signo de un corazón. Podemos reír, pues una buena carcajada provoca risa en los que nos oyen, aunque no sepan de qué nos reímos.
Hoy les invito a preguntarle a Dios: ¿Cuán profunda quieres que lleve mi relación contigo? ¿En qué forma quieres que refleje tu carácter? ¿Cómo debo reflejar tu amor detrás de una mascarilla, o dentro de este encierro?
Lo que antes hacíamos de una forma, hoy Dios nos quiere dejar ver que podemos seguir sirviendo, utilizando otras formas, otras estrategias.
Termino con el último verso del poema “Respira”, escrito por Jeff Foster.
Aprende de la respiración.
Deja que te recuerde cómo confiar.
Jeannette Morales Sánchez