Había una vez una mujer que, ¡tenía 3,000 pares de zapatos! Ella era Imelda Marcos, mujer de gran poder político en Filipinas por su posición de primera dama. ¡Qué triste cuadro se pinta cuando vemos tanta pobreza en el pueblo que representa! Estoy segura que esa multitud de calzados no le pudo dar paz, ni a ella ni a su familia y mucho menos a su país.
Pero al leer la Biblia en Efesios 6:15, se nos exhorta a ponernos el calzado, no de materiales humanos, sino el que proviene de Dios. El que su materia prima es el de las ¡Buenas Noticias del Evangelio de Jesús!
¡Te invito a ponerte los zapatos más honrosos que un hijo de Dios puede calzar! Los zapatos que nos quedan grandes pero que por la gracia de Dios podemos llevar. Llevemos nuestros pies a todo lugar, corazón o entorno vistiendo Zapatos de Paz que hablan del amor que Dios tuvo, tiene y tendrá por todos nosotros...
AMOR que dio a su hijo unigénito para que por medio de Él, de Jesús, seamos salvos y experimentemos la paz del perdón y la paz de vivir una vida abundante. No de cosas materiales sino de, ¡¡bendiciones espirituales en Cristo Jesús!!
Marisol Rivera