Evangelio de paz para enfrentar los temores

“Y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz” (Efesios 6:15)

Cada tiempo, año, época, viene con su propio afán. Recuerdo hasta hace muy poco tiempo, vivir una cierta clase de intranquilidad cada vez que veía los eventos que acontecían en el mundo y en nuestra isla. Me sentía temerosa, confundida y desesperanzada hasta cierto nivel. Sí, sabía que Dios estaba con nosotros y que está en control de nuestras vidas; que no hay que temer.  Pero ¿realmente le había entregado el control total de mis pensamientos? Aún sentía cierto temor.

Pero, ¿saben qué? Las buenas nuevas no se pueden dejar de anunciar. Ahora, cómo hacerlo efectivamente si en mí había temor a lo que me rodeaba.

Luego de haber pasado el huracán María, que trajo tanta devastación, yo pude ver tan claramente cuán grande es Dios y cómo se manifestó en cada detalle para el bien de uno.  Me dije, ahora con la pandemia no voy a pasar otro María, sufriendo y en estrés, sino que realmente me voy a dejar llevar por Dios.  Le daré el control de mi vida, emociones y pensamientos.

Como dice su palabra en Juan 16:33, “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tenéis tribulación. Pero confiad, yo he vencido al mundo”.

Cuando comenzó la pandemia, dije, Dios tú eres mi centro, mi escudo, mi guardián, mi provisión, mi paz. En esta ocasión, lo haré distinto. Tendré paz, fe y tranquilidad. Como dice su palabra en Efesios 6 :15, “y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz”. Así hice, me deje llevar por Dios de manera real. Los resultados, hermosos. Paz, tranquilidad y confianza de que quien pelea mis batallas, ya las ganó y no tengo que temer.

No nos cansemos de anunciar y creer en la Buena Noticia de paz y salvación. Porque somos cada uno de nosotros los llamados a creer, vivir por fe y anunciar esa palabra. Pero para anunciarla, tenemos que vivirla.  Así podemos ser ejemplo de la palabra que damos para el beneficio de las almas que tanto necesitan escuchar esas buenas nuevas. Es el momento de alzar nuestra voz y llevar el mensaje.

 ¡Dios está en control y nos da su paz, créelo!

Mayrel González Huertas