Mantenerse firme en el propósito de Dios

Un detente inesperado.  Eso representó para mí lo que luego se dio a conocer como la pandemia mundial del COVID-19.  De pronto, todos nuestros planes fueron alterados.  Un viaje planificado a varios países del Cono Sur, que tendría justo la semana siguiente al cierre de aeropuertos, fue detenido sin alternativas posibles para cambios de itinerario en las próximas semanas. Simplemente, toda la agenda fue alterada.  Dios estaba capturando nuestra atención de forma significativa.

En medio de situaciones como esta, en que de pronto todo parece tambalearse, Dios nos invita a permanecer firmes, pues el ataque del enemigo es real (Efesios 6:12).  ¿Es que acaso podemos estar firmes en medio de tanta incertidumbre?  ¿En medio de tanta lluvia de información diversa, que nos satura y nos abruma? ¿En medio de tantas noticias dolorosas, que nos sacuden y que no solo afecta a unos pocos, algún país o zona del mundo; sino a todos a nivel mundial?

En mi experiencia personal, mantenerme firme ha sido posible, aunque no es sencillo, al enfocarme en Jesús y su propósito.  (Hebreos 12:1-2)   Buscar un “para qué” en lugar de un “por qué” y comenzar a ver lo que antes quizás no había visto o no había tenido oportunidad.  Una experiencia muy marcada en este tiempo de pandemia ha sido la conexión familiar de otra manera. Mi labor ministerial en las misiones me hace viajar a menudo.  Este detente me ha llevado a conectar con mi hija y su familia de forma diferente.  Una nueva iniciativa surgió: compartir con ellos la palabra de Dios en forma sistemática.  Esto dio nacimiento a un discipulado con mi hija, yerno y mis tres nietos más de una vez cada semana.  Compartir en familia más a menudo y disfrutar de ver el impacto de la palabra de Dios en estos chicos adolescentes, que recién están aprendiendo a conocer a Dios, ha sido algo muy significativo.   He viajado a muchos países, compartido el evangelio y ganado almas en muchos lugares.  De repente, bajar la actividad y enfocarme en fundamentar la vida de mis nietos con firmeza en la Palabra de Dios, ha sido un regalo de Dios.

También ha sido significativo el discipular una dama con trasfondo de los Testigos de Jehová, quien todavía está procurando explorar y entender la verdad del evangelio. Oramos por la obra del Espíritu Santo en ella a través de la Palabra. Compartir la Palabra de Dios en un nivel más personal y consistente y en reuniones de oración más a menudo; ha sido de gran edificación.  Me ha permitido mantenerme firme en el propósito de Dios, a pesar de las batallas y los retos que toda esta situación pone delante de nosotros.  Ha sido un aprender a conocer nuevos ángulos en mi obediencia al llamado de Dios, manteniéndome firme en aquello para lo cual él me escogió, para traer gloria a Su nombre.

Luz E. Cádiz