“Después de que Jesús nació en Belén de Judea en tiempos del rey Herodes, llegaron a Jerusalén unos sabios procedentes del Oriente. 2 —¿Dónde está el que ha nacido rey de los judíos? —preguntaron—. Vimos levantarse su estrella y hemos venido a adorarlo. 3 Cuando lo oyó el rey Herodes, se turbó, y toda Jerusalén con él. 4 Así que convocó de entre el pueblo a todos los jefes de los sacerdotes y maestros de la ley, y les preguntó dónde había de nacer el Cristo. 5 —En Belén de Judea —le respondieron—, porque esto es lo que ha escrito el profeta:6 “Pero tú, Belén, en la tierra de Judá, de ninguna manera eres la menor entre los principales de Judá; porque de ti saldrá un príncipe que será el pastor de mi pueblo Israel”». 7 Luego Herodes llamó en secreto a los sabios y se enteró por ellos del tiempo exacto en que había aparecido la estrella. 8 Los envió a Belén y les dijo: —Vayan e infórmense bien de ese niño y, tan pronto como lo encuentren, avísenme para que yo también vaya y lo adore” (Mateo 2: 1-8).
Los hombres sabios de la Navidad. Tan misteriosos, tan inesperados. Mateo 2 nos da muy pocos detalles de ellos. Nos dice que provenían del Oriente (Mateo 2:1). Eran hombres que fundían ciencia, magia, filosofía y religión. Místicos académicos, eruditos que estudiaban los cielos para obtener perspectivas de los asuntos sobrenaturales.
En Mateo 2:2 nos cita: "Vemos levantarse su estrella y hemos venido a adorarle". No sabemos exactamente lo que ellos vieron. Quizás, ¿alguna señal del cielo? ¿Quizás un cometa? Nadie puede decirlo con seguridad, pero sí todos sabemos lo que significa adorar y eso fue lo que ellos hicieron. Posiblemente ellos fueron a hacer una valiosa investigación, pero dejaron todo al ver al niño con María. Sus corazones se llenaron de alegría y postrándose lo adoraron.
Amado hermano, no sé cómo tú que estás leyendo estas letras te encuentras en esta hora. Sí te puedo decir con certeza que ese mismo Dios que se reveló y dirigió a esos sabios del Oriente a encontrarse con el Mesías anunciado, es el Dios con nosotros. Es el Emmanuel que puede llegar hoy a tu corazón. Quizás en esta hora donde todo lo ves oscuro, Él puede traerte luz, gozo y salvación. Haz como hicieron estos sabios del Oriente, que decidieron solamente postrarse y adorar porque reconocieron que la luz había llegado a este mundo para llenarnos con su gran amor.
Oración:
Señor Dios, tú que te convertiste en un niño para enseñarnos el verdadero significado de la vida, te pedimos que nazcas en cada uno de nuestros corazones. Que podamos entender el gran significado de la Navidad que es Dios con nosotros. Ayúdanos a compartir este hermoso mensaje con otros para que el verdadero mensaje nunca se pierda. Tu eres la verdadera Navidad.
Amén.
Maggie Rivera