La Escritura inspirada por Dios

"Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia, 17 a fin de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado para toda buena obra” (2da Timoteo 3:16-17).

Pablo estando encarcelado y cercano a la muerte, le escribe a su discípulo y “amado hijo” Timoteo. A pesar de estar pasando momentos terribles, no se aparta de su llamado y sigue exhortando sobre la salvación y sobre cómo se debe vivir la vida cristiana. Es interesante saber que en ese momento los cristianos estaban siendo perseguidos y aun así Pablo le reitera a Timoteo la importancia de la Palabra y su utilidad en el ministerio que les había sido encomendado.

Tal vez la lógica del mundo establece que, si una persona está siendo perseguida por sus creencias y desea continuar con vida, debe cambiar su forma de pensar y su prédica. Pero esa no es la exhortación de Pablo. Él reconoce que es un siervo de Dios escogido para el apostolado y redimido por la sangre de Cristo independientemente de lo que está viviendo, sintiendo o careciendo. Es más, al escribirle a Timoteo sobre el propósito de la Escritura, él está afirmando el poder que tiene la Palabra y la herramienta que es para el caminar del cristiano. Me parece que le estaba diciendo a Timoteo que a pesar de la persecución y de la maldad del mundo “no te apartes de la Palabra.  Es útil para enseñar a la gente, para ayudarla y corregirla, y para mostrarle cómo debe vivir (TLA)”. Pienso que Pablo estaba aconsejando a Timoteo y diciéndole: “sigue tu encomienda, sigue enseñando y viviendo la Palabra.  Para que los que te escuchen y se conviertan estén capacitados con toda bendición celestial; para hacer la buena obra que les toca a cada cual de acuerdo con los propósitos de Dios y los dones otorgados a cada uno”.

En la época que nos ha tocado vivir, los cristianos no estamos muy lejos de la persecución, el rechazo o tal vez la burla por llevar la Palabra de Dios a otros o por vivir bajo los valores cristianos. Pero eso no nos puede detener ni callar. Tenemos que continuamente recordar que somos los instrumentos de Dios, capacitados a través de la Palabra para toda buena obra, para enseñar y caminar en la verdad, para hacer justicia y para bendecir a otros. No se nos puede olvidar lo que dice Hebreos 4:12: “Ciertamente, la palabra de Dios es viva y poderosa, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta la médula de los huesos, y juzga los pensamientos y las intenciones del corazón” (NVI).

 Habla la Palabra de Dios a tiempo y fuera de tiempo, en persecución o en momentos de paz porque ella no volverá atrás vacía.  Como dice Isaías 55:10-11 (NTV):  “La lluvia y la nieve descienden de los cielos y quedan en el suelo para regar la tierra. Hacen crecer el grano, y producen semillas para el agricultor y pan para el hambriento. 11 Lo mismo sucede con mi palabra. La envío y siempre produce fruto; logrará todo lo que yo quiero, y prosperará en todos los lugares donde yo la envíe”.

 Eres una obra maravillosa del Todopoderoso, escogido y separado para toda buena obra. Persevera escudriñando la Palabra, no la apartes de tu mente ni de tu corazón, ella es lumbrera a tu camino y te capacita para la encomienda que Dios te ha dado en este tiempo.

 Oración: Gracias Padre, porque somos tu obra maravillosa, escogidos y separados para toda buena acción. Ayúdanos a escudriñar la Palabra con mayor perseverancia de tal forma que no se aparte de nuestra mente ni corazón. Que tu Palabra sea lumbrera en nuestro caminar y nos capacite cada vez más para la encomienda que nos has dado en este tiempo. En el nombre de Jesús, amén.

 Bendiciones, Michelle Cintrón Olivieri