“Entre tanto que voy ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza” (1 de Timoteo 4:13)
El apóstol Pablo exhorta a Timoteo en esta carta a que continúe peleando la buena batalla de proclamar la verdad del evangelio y continuar con su llamado a la Iglesia de Éfeso.
Hoy continúa esta misma exhortación, ocuparnos en la lectura de la Palabra. ¿Cómo podemos hablar de quien no conocemos? ¿Cómo podemos pelear nuestras batallas si no conocemos versículos, relatos bíblicos que nos levantan nuestra fe? En mi experiencia puedo decir que, el caminar se hace menos pesado pues sé que no estoy sola/solo en mis circunstancias. Reconozco y sé que Jesucristo escucha mi clamor, que su mano me sostiene, que enjuga toda lágrima, que me levanta en mis caídas y me imparte su amor. Me llena de su paz que sobrepasa todo entendimiento, de la misma manera que estuvo con Moisés liberando a su pueblo.
Luego de mi experiencia, mi testimonio y de lo que produjo en mí su Palabra, me sirve de ayuda para animar a otros; familia, amigos, vecinos, hermanos de nuestra congregación. A través de su Palabra enseño y educo a otros. Su Palabra transforma, cambia. Somos la luz del mundo y la sal de la tierra. Ya no vivo yo Cristo vive en mí. Entre tanto Cristo me llame yo elijo ocuparme en la lectura, exhortar y en la enseñanza.
Oración:
“Señor, hoy es un buen día para decirte que anhelo conocerte más, reflejar y llevar tu palabra a otros. Gracias por caminar con nosotros, por escuchar nuestro clamor y sobre todo, por darnos tu amor”.
Angie Muñiz