"El que da en abundancia, recibe más de lo que dio; pero el que es tacaño, termina en la pobreza. El que es generoso, prospera; el que da a otros, a sí mismo se enriquece." (Proverbios 11: 24-25).

Cuando se nos pide que imaginemos a una persona generosa, la mayoría de nosotros pensamos en alguien rico que tiene un exceso de dinero, recursos materiales o tiempo. Incluso podríamos pensar para nosotros mismos: "Si algún día tuviera algo extra, entonces también sería generoso. Pero ahora mismo, tengo que concentrarme en cuidar de mí mismo".

A veces la gente piensa que es el dinero, la educación, la educación, la posición social lo que hace que alguien sea generoso. Pero estas cosas no son las principales razones por las que la gente se vuelve generosa. Hay muchas personas que tienen algunas o todas estas cosas y aún no han aprendido a ser generosos. El secreto de la generosidad se puede encontrar en la comprensión de la propiedad.

El rey David dice: "Dios nuestro, te damos gracias y alabamos tu glorioso nombre. Pero, ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que podamos dar tan generosamente como este? Todo viene de ti, y te hemos dado sólo lo que viene de tu mano (1 Crónicas 29: 13-14. "Lo que David está diciendo aquí es que todo pertenece a Dios y cuando damos, es simplemente compartir lo que ya se ha compartido con nosotros primero.

Orar

Soy elegido por Dios y elijo la generosidad. Padre, todo lo que soy es Tuyo, todo lo que tengo es Tuyo, y todo lo que espero ser es Tuyo. Ayúdame a confiar en que Tú proporcionarás todo lo que necesito mientras te doy para Tu trabajo aquí en la tierra.