Mayra Maldonado [Historias de la Cruz]

Mi nombre es Mayra De Lourdes Maldonado Brignoni. Me dedico a ofrecer coaching, talleres, conferencias y clases a maestros, madres y padres, además a empleados y ejecutivos de empresas. Estudié educación y mediación de conflictos. Mis estudios me han llevado a dedicarme a ayudar a personas que no saben cómo resolver ciertas situaciones y a educar sobre valores para que vivamos con mejor actitud, más amor, y más detalles del corazón hacia los seres humanos.

Mis hermanos, sé que todo lo que el Señor me ha permitido hacer y tener, no lo merezco. En realidad, llegué a la Iglesia de Discípulos de Cristo, Metropolitana, luego del huracán María, aunque reconozco que por mi madre vivir en la avenida Américo Miranda, debí haber llegado antes a esta iglesia. Aparentemente, tenía que aprender muchas cosas, antes de llegar aquí.

Llegué a una iglesia antes que esta y sentía que mi vida había cambiado. Me dediqué a servirle al Señor, en todo lo que me solicitaban y sentía en mi corazón, que venía de ÉL. Sin embargo, después de unos años, sucedió algo en la iglesia que me confundió y me hizo perder la seguridad en las iglesias. Volví a dudar. En realidad, viví toda la vida, pensando que era católica, aunque no fuera a la iglesia. No tenía claro cómo era la vida de los cristianos que no fueran católicos. Se imaginarán cuántas dudas en la mente y el corazón en personas como yo, que no nacimos ni asistíamos a iglesia evangélica. Mi salvación fue mi prima Melba Clavell, que me llevaba desde jovencita a su iglesia evangélica y me encantaba. Esos fueron mis primeros pasos.

Un día, luego de haber dejado la otra iglesia evangélica donde comencé, mis nuevos pasos, sentí que tenía que buscar una donde pudiera ofrecer todo lo que mi Señor me pedía, y fue cuando llegué a nuestra iglesia, Discípulos de Cristo Metropolitana. En realidad, no es por el lugar, ni las instalaciones, es por las personas. Desde que llegué, me sentí parte de ustedes. Los servidores en la puerta no me dejaron sola y sentí que había llegado a casa.

En ese tiempo, había pasado por situaciones bien duras que solo el Señor y yo conocemos. Como muchas personas dicen luego de una situación difícil, me dije: “nunca más”. Y sucedió lo que sabemos que sucede en estos casos. Si Dios tiene algo para nosotros, ni sabemos qué viene después. Me deje llevar por mi corazón y llegó a mi vida un amigo de muchos años que también había pasado por una situación en su vida y ya no soy Mayra únicamente. Somos Jerry y Mayra, quienes en la tercera edad nos enamoramos. Llevamos 2 años de casados y en una relación con el Señor que no me parece que pueda contarles en esta ocasión. Ya vendrá otra oportunidad.

Solo puedo decirles que, ya no creía en nadie. Que me había cansado de confiar y llegó este varón, noble, bueno y con un corazón sencillo y lleno de amor. Entiendo el Señor lo puso en mi camino para que aprendiera que no es lo que yo diga. Él tiene planes con cada uno de nosotros.

Ahora, incluí en mis conversatorios a los jóvenes, por la importancia que tiene conocer mejor a las personas, y no creer de inmediato en lo que digan los demás. Se debe dar tiempo para detectar la sinceridad en cada uno y dar tiempo igual para asegurarse de que lo que dice el verbo, se refleja en la acción. Estoy segura de que estamos llegando a muchas personas con la educación de valores y mediando en situaciones familiares, ya que a veces no se les hace fácil resolver situaciones sin ayuda.

Es mucha la necesidad que todos tenemos. Por haber pasado por varias situaciones y el Señor estar siempre conmigo, aunque yo no lo reconociera desde un principio, quiero ayudarlos, como yo he recibido ayuda en muchos momentos. Sé que el Señor quiere que sea servidora y estoy intentando ser mejor cada día.

Apoyemos a los que llegan nuevos a nuestra iglesia. Continuemos sirviendo y dedicándole tiempo a quien llega cansado y afligido. El Señor nos dará las palabras para que lleguen a Él.

Dios los bendiga y recuerden que tienen en mí a una persona que les quiere servir.