Hola, mi nombre es Sonia Robles. Durante toda mi vida Dios me ha mostrado que ha sido mi guía desde muy pequeña, incluso desde el vientre de mi madre. Desde que era pequeña, mi mamá me recitaba varios salmos. Recuerdo mucho recitar con ella el Salmo 23 y el Salmo 91. Cada uno de ellos han sido importantes en medio de situaciones que he enfrentado.
En estos últimos meses lo experimenté. Dios me mostró que Él sigue estando ahí durante esta pandemia. Para el mes de septiembre de 2020, mi sobrino, su esposa y su niña se contagiaron con el coronavirus. Se quedó sin energía eléctrica y necesitaba darle terapia respiratoria a su niña de cuatro meses. Estaba un poco desesperado y vino a mi casa para darle terapia a su hija. Trató de decirnos que tenía coronavirus, pero nadie lo entendió. Después que se fue, confirmamos que sí tenían la enfermedad. Pero, para la gloria y honra del Señor, mi mamá de 88 años no se contagió ni ninguno de los miembros de la casa. Dios es bueno y para siempre es Su misericordia. Gracias al Padre, porque siempre está ahí.
Aquel salmo que recitaba junto a mi madre cuando era niña se tornó en una realidad en medio de esta pandemia. ¡A Dios sea la gloria!
"Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza,
al Altísimo por tu habitación, no te sobrevendrá mal
ni plaga tocará tu morada,"
Salmo 91:9-10