¿Qué quieres para el 2020?

Nos acercamos a un nuevo año.  Algunos le llaman la oportunidad de un nuevo capítulo de la vida. Se comienza en cero y con ello, desarrollamos un nuevo tiempo que intenta iniciar, retomar, recuperar o simplemente darle un nuevo giro a la vida.  La idea de verlo como un libro es una gran metáfora. Lo fundamental es determinar quién es el autor. La pregunta que nos debemos hacer es si somos los autores o los protagonistas de la historia. Así lo podemos leer en el texto bíblico: “...puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios (Hebreos 12:2, RVR, 1995).

Dentro de ese aspecto, también tenemos la metáfora del año que se avecina. Para muchos, el año 2020 es ideal para pensar en la visión de la vida. Es la perfecta oportunidad de hablar de cómo es nuestra visión.  Los oftalmólogos consideran que tener vista 20/20 es la ideal para ver con normalidad los objetos. Sin embargo, muchos hemos creído erróneamente, que tener visión 20/20 es tener visión perfecta.  Entonces, no hay tal cosa como visión perfecta. Mas bien existe aquella que puede identificar claramente los objetos y letras desde 20 pies de distancia.

Recuerdo haber leído de Hellen Keller en alguna ocasión lo siguiente: “Lo único peor a ser ciego, es tener vista pero no tener  visión”. De ahí que el problema de la visión no es un asunto de vista o ceguera, es mas bien de proyección.

Cuando pensamos que somos nosotros quienes debemos escribir los capítulos de “nuestra vida”, caemos en normalizar lo que creemos.  Perdemos la visión de Dios de lo que se puede transformar. Hacernos autores, nos ubica en querer asumir el control, cuando en realidad no siempre podemos controlar la vida. Es ver las páginas del libro, pero poder leerlas y en última instancia, no comprenderlas.

Al comenzar este nuevo año, creo que debemos estar claros que Dios sí quiere hacer cosas nuevas en nuestra vida y dirigirnos a espacios que tal vez no hemos conocido. Sin embargo, nos corresponde tener la actitud correcta para ello. Nos toca tratar de ver qué es normal y en cambio, qué no lo es. El autor de Marcos, destaca una pregunta importante que hace Jesús a dos de sus discípulos y a un ciego que estaba sentado junto al camino que se llamaba Bartimeo. La pregunta fue exactamente la misma: “¿Qué quieren que haga por ustedes?”(Marcos 10:36 RVR 1995) a Juan y Jacob (quienes eran sus discípulos) y, “¿Qué quieres que haga por ti?” (Marcos 10:51, RVR 1995). Las respuestas fueron diferentes en ambos. Unos querían el protagonismo y el otro, quería recuperar la visión. Caer en la frivolidad de metas para alcanzar y ser protagónicos sin tener visión es avaricia que destruye las posibilidades de verdaderamente crecer.

En cambio, recuperar la visión, es entenderse a uno mismo como quién es y lo que debe ser para salir de estar junto al camino y estar en el camino. Este año 2020, la pregunta de Dios para tu vida es la misma. ¿Qué quieres que haga contigo? Tu respuesta mostrará tu carácter y cuánto podrás crecer en el propósito de Dios para tu vida.

No caigamos en la frivolidad. Permitamos que Dios sea el autor de nuestra vida mientras fijemos nuestra mirada en Él. Así la visión de Dios irá dándonos sabiduría para crecer y no caer en la normalización del poder que tarde o temprano nos lleva a tropezar con nuestro ego. Feliz año nuevo. Que Dios te conceda las peticiones de tu corazón.

Bendiciones,

Eliezer Ronda Pagán