“En el momento en que aceptamos a Jesús como nuestro Salvador somos salvos. Pero también comenzamos el proceso de crecimiento y santificación en el cual dejamos que esa salvación tome control de nuestra mente. Es aquí donde se lleva a cabo la mayor parte de la batalla espiritual”.
Esperanza y consolación
Descansa en la oración y la palabra de Dios
“El poder sentir el acompañamiento del Señor en mi vida cotidiana no surge como un acto de magia, sino que es el resultado de una relación diaria de diálogo sincero y genuino con Él. A este diálogo le llamamos oración y el estudiar en la Biblia sus enseñanzas, promesas y guianzas, es la clave que me lleva a fortalecer mi relación de hija con Él”.