“Aunque ahora mismo estamos en tiempos adversos donde quizás suframos por salud o por situaciones económicas, habrá un momento de prosperidad y otros que quizás no sean tan prósperos. Pero en todos debemos recordar que Dios no nos ha dado un espíritu de temor, sino uno de poder, de amor y de dominio propio”.
El vaso
Acepta el cuidado y protección de Dios
“Hoy quiero respirar intencionalmente, imaginar el recorrido del aire por el interior de mi ser, mientras en mi mente se escucha la música y acepto la invitación de Jesús, una vez más…: “♪Tú eres mi respirar, Tu eres mi respirar, Dios tu presencia vive en mí♪” “♪Tú eres mi paz Señor… Y yo te anhelo Señor♪”.
Deja que Dios controle tus temores
“Piensa como un niño por un minuto y visualízate en la barca. En mi mente de niño, hubiera corrido a Jesús y levantándole el brazo, me acomodaba en la almohada. Lo hubiera apretado lo más fuerte que pudiera porque, aunque la tormenta no cesaba y el barco se hundía, mi mente de niño encontraría seguridad en solo estar en los brazos del Maestro”.
Dios nos hará descansar, no temamos
Entrega tus pensamientos a Dios
“En este momento, reflexiona y trae a tu mente aquellas cosas que te preocupan, que te ponen ansioso, que te roban la respiración. ¿Trabajo?, ¿finanzas?, ¿futuro?, ¿salud?, ¿familia?… todas son válidas. Pero Dios nos invita a descansar en Él. Nos invita a entregar en sus manos nuestros más profundos pensamientos”.