“Yo te busco con todo el corazón; no dejes que me desvíe de tus mandamientos. En mi corazón atesoro tus dichos para no pecar contra ti” (Salmo 119: 10-11)
Yo fui creada para Dios. Lo que pasa es que a veces se me olvida y vivo como si fuera al revés. Entonces el egoísmo y mi propia opinión me llevan a vivir sin propósito eterno. Cuando medito en el Salmo 119:10-11, me encuentro frente a la solución. Fui creada para servirle a Dios. Por eso la Palabra me dice que guarde SUS mandamientos en mi corazón para no pecar contra Él. Vivir sin pecar contra Dios requiere esforzarme para conocerlo. Conocer Su carácter y sus mandamientos. Llenar mi mente y corazón con ellos a través de disciplinas espirituales como la lectura y estudio de la Biblia y la oración. Es también poner en práctica a diario sus mandamientos como amar a mi prójimo, sobrellevar las cargas de otros, servir y no querer ser servida. En fin, vivir y anhelar ser como Cristo. Es un acto de obediencia y reflexión constante.
¡La clave de una vida plena es vivir según el diseño de Dios! Es amarlo con todo lo que soy, hago y tengo. Porque todo se lo debo a Él. Es esforzarme para conocerlo (119:10) cada día desde que decidí aceptarlo como mi Señor y Salvador. Es reconocer que sola no puedo y que lo necesito. Es pedirle que no me deje desviarme de su propósito para mi vida. Es dejar que el Espíritu Santo me guíe a toda verdad.
Oración:
¡Señor esta es mi oración hoy! Te pido que me des la fuerza y la sabiduría para recordar los mandamientos que has grabado en mi corazón. ¡Deseo que toda mi vida destile el perfume de Cristo! Amor, gozo, paz, bondad, benignidad, fe, paciencia, mansedumbre y dominio propio! ¡Jesús, Gracias! Te amo con todo mi imperfecto.
Marisol Rivera