“Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad” (2 Timoteo 2:15).
En Hechos 1:8 dice: “y me seréis testigos…”. Estas palabras fueron pronunciadas por Jesús y dirigidas a sus discípulos. Son palabras que nosotros los cristianos hemos hecho nuestras y sabemos que nos corresponde dar a conocer el evangelio de Jesús. En el ADN Metropolitano hay tres elementos: Amar, Discipular, eNviar. Es un proceso que se mantiene en movimiento, añadiendo obreros todos los días para poder proclamar el evangelio de salvación que Jesús nos encargó. Las palabras de 2 Timoteo 2:15, forman parte de una carta que el apóstol Pablo le escribió mientras se encontraba encarcelado en Roma y Timoteo servía al Señor en Éfeso. La mayoría de los comentaristas bíblicos concuerdan que esta fue la última epístola de Pablo, la cual escribió poco antes de su muerte. Le escribe a Timoteo con mucha preocupación, tratando de enseñarlo a ser un mejor obrero del Señor. Entre los muchos consejos que le da, le dice que se esfuerce en la oración y el estudio de la Palabra, pues es necesario para poder comunicarla correctamente a aquellos que la necesitan.
Timoteo servía en la Iglesia de Éfeso, en la que predicaba y enseñaba. Esto conllevaba bendiciones y dificultades, pero debía hacerlo de manera eficaz para poder fortalecerlos en la fe. Hoy, nosotros los hijos de Dios tenemos la encomienda de continuar predicando el evangelio, compartir la palabra de salvación y testificar de su amor. Para poder cumplir con la encomienda debemos, al igual que Timoteo, orar y estudiar la Palabra que el Señor nos dejó. Es imprescindible que lo hagamos si queremos ser eficaces, usar la palabra correctamente y no alterar la verdad. Debemos entender la Palabra para poder compartirla con otros. Recordemos que estamos siempre en la presencia del Señor. Él conoce lo que hacemos y decimos.
Oración: “Padre, te damos gracias por la Palabra que nos enseñas. Ayúdanos a serte fieles, para dar un buen ejemplo como testigos. Que podamos alumbrar en medio de las tinieblas de este mundo. Danos fuerzas para hacer un esfuerzo por estar listos todo el tiempo, pues las oportunidades de ser testigos de tu amor llegan y debemos aprovecharlas.
Bendiciones,
Migdalia González