Mi nombre es Roberto N. Hernández. Soy retirado de la Administración Federal de Aviación desde el 31 de diciembre de 2018. Aunque conocí al Señor hace tiempo, he estado combatiendo mi condición de Parkinson por más de 11 años. Ya mi mente no es tan ágil como era hace diez años. Es en parte, por la condición y por la cantidad de medicinas que tomo. Cada vez se me hace más difícil recordar y concentrarme en ciertas cosas.

Mi nombre es Jeannette Morales Sánchez. Trabajo en una institución universitaria.

Criar un hijo es una gran aventura. Recuerdo las veces que tuvimos que romper el cochinito de los ahorros para poder completar alguna quincena. ¿Pero saben qué? Siempre vi la provisión de Dios en todo. Yo siempre digo que Dios complace hasta los antojos y yo lo he vivido y se los garantizo.

Mi nombre es Anthony Vives de León y como no puedo dedicarme a ser Capitán América, trabajo como psicólogo clínico en el área escolar y privada. Para los que no me conocen… ¡Un placer!

Hace unos días, recogiendo y buscando en “cajas olvidadas”, encontré unas cartas de amor que mi esposo, Edwin Rodríguez, me había escrito haMi nombre es Mayra De Lourdes Maldonado Brignoni. Me dedico a ofrecer coaching, talleres, conferencias y clases a maestros, madres y padres, además a empleados y ejecutivos de empresas. Estudié educación y mediación de conflictos. Mis estudios me han llevado a dedicarme a ayudar a personas que no saben cómo resolver ciertas situaciones y a educar sobre valores para que vivamos con mejor actitud, más amor, y más detalles del corazón hacia los seres humanos.ce 49 años cuando aún éramos novios. Cumplimos este año 42 de casados. El papel estaba amarillo y se notaba lo viejo que era. Una cosa pude notar, que sus palabras en aquella época todavía están vivas. Nuestro amor, dedicación y cuidados, nunca ha mermado. El amor que el Señor puso desde el principio es una realidad y crece con los años. Reflexionando pude ver lo maravilloso que el Señor es con nosotros. El Señor nos ha llevado de la mano por casi 50 años. Hemos cambiado un montón físicamente. Hemos madurado pero Dios permanece fiel y real como al principio.

Hace unos días, recogiendo y buscando en “cajas olvidadas”, encontré unas cartas de amor que mi esposo, Edwin Rodríguez, me había escrito hace 49 años cuando aún éramos novios. Cumplimos este año 42 de casados. El papel estaba amarillo y se notaba lo viejo que era. Una cosa pude notar, que sus palabras en aquella época todavía están vivas. Nuestro amor, dedicación y cuidados, nunca ha mermado. El amor que el Señor puso desde el principio es una realidad y crece con los años. Reflexionando pude ver lo maravilloso que el Señor es con nosotros. El Señor nos ha llevado de la mano por casi 50 años. Hemos cambiado un montón físicamente. Hemos madurado pero Dios permanece fiel y real como al principio.

Mi nombre es Tania Félix Claudio. Vivo en San Juan. Actualmente estoy desempleada desde el 2017, después del huracán María. Para ese momento, diagnostican a mi madre de cáncer en el endometrio del sistema linfático en etapa tres a punto de metástasis.

Mi nombre es Sandra Alicea Rolón. Recibí a Cristo como mi único y exclusivo Salvador en una campaña que hizo en aquel entonces la ICDC LA CENTRAL. Mi hermano me invitó. Iba a estar el evangelista Nicky Cruz en el Coliseo Rubén Rodríguez de Bayamón. Yo tenía aproximadamente unos 23 años.

Me llamo Hilda L. Sánchez viuda de Morales. Soy la madre de cuatro criaturas: Jeannette M. Morales Sánchez, Roxanna E. Morales Sánchez, Juan E. Morales Sánchez y Carmen M. Morales Sánchez. Tengo cuatro nietos y esperando poder ver algún biznieto. Las muchachas me dicen que soy la recepcionista de mí misma, ya que todos mis hijos me llaman y no termino con uno hasta que entra la próxima llamada.

¡Celebrando nuestro aniversario de oro!

"¿Andarán dos juntos, si no estuvieran de acuerdo?" Amós 3:3

“Bendeciré a Jehová en TODO TIEMPO, su alabanza estará de continuo en mi boca. En Jehová se gloriará mi alma; lo oirán los mansos, y se alegrarán.” Salmo 34: 1-2

Me llamo Annie Lugo. Soy ama de casa. Serví seis años como misionera junto a mi familia en Buenos Aires, Argentina. Mi experiencia ha sido con oraciones contestadas en el momento. No digo que es así siempre. Pero sí he tenido varias respuestas.