“Así como necesitamos desayunar, almorzar y cenar saludable y probablemente tomar varias meriendas al día para que nuestro sistema se mantenga óptimo, así mismo necesitamos acercarnos a Él para mantener nuestra nutrición espiritual en salud”.

“La buena noticia es que el Pan de Vida está accesible en todo momento, listo para nutrirnos y saciar nuestra hambre. Si tu hambre proviene de la tristeza, la desesperanza, el coraje o la incertidumbre, te invito a que pruebes del Pan de Vida. En medio de noticias desesperanzadoras, él ha sido el pan que sacia mi espíritu y me da las fuerzas para el día a día”.

“Mientras llega ese día, sigamos diciendo que Jesús es el pan de vida y el que viene a Él nunca tendrá hambre ni sed jamás. Seguiremos compartiendo el pan que un día conocimos, aceptamos y disfrutamos. Jesús es el pan del cielo”.

“Ante todo, reconozcamos su Señorío, su gran YO SOY, oremos sin cesar, escuchemos su Palabra y confiemos. Su respuesta no se tarda. Llega en el momento perfecto. Tengamos calma y confianza en que Él nos abraza”.

“En nuestras vidas Dios nos reta a que nos movamos en FE a realizar las acciones que el pone en nuestro corazón con la certeza y convicción que “NUESTRO YO SOY, SIEMPRE LLEGA A TIEMPO”.

“Señor, ¿por qué? DIOS siempre responde por medio de su Palabra a aquellos que le buscan en el día de la aflicción”.

“Gracias a esa experiencia puedo recalcar lo que el Señor nos dice en su Palabra, “Yo soy el Camino, la Vida y la Verdad”. Puedo decir que el Señor me ha llevado a lugares que jamás pense estar, ha abierto puertas y también ha cerrado muchas”.

“Manteniendo la calma, por difícil que pueda ser en ocasiones, hemos visto al Señor manifestarse en momentos en donde la incertidumbre aparece. Vemos al pan de vida ser provisión de forma inesperada; diría yo, de forma milagrosa. Donde antes no había, de momento sobró. De esas cosas que uno sabe que las acomoda Dios, más nadie…(Juan 6: 35)”.