Reto Metropolitano

De las tinieblas a la luz de Jesús

“Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Juan 8:12).

El texto escogido me hizo recordar una etapa de mi vida. Crecí en una finca que carecía de servicio de electricidad. No fue hasta los doce años que comencé a disfrutar de este servicio. El no tenerlo no fue impedimento para celebrar nuestras fiestas, como por ejemplo celebrar las festividades navideñas. Los quinqués y las linternas alimentadas por gas querosén o en su defecto las velas proveían la luz necesaria. Eso era suficiente pues no conocíamos otra forma.

Leemos que el pueblo está reunido celebrando la Fiesta de los Tabernáculos. Pudiera ser que se había terminado o que estuviera en sus últimos días.  Lo cierto es que Jesús estuvo presente. Estas fiestas todavía se celebran en la primera semana del mes de octubre. En ellas se da gracias por la provisión de Dios a su pueblo en su travesía por el desierto, donde habitaban en tiendas o cabañas.

La provisión al pueblo que vagaba por el desierto y que luego llega a la tierra prometida, muestra el amor y la misericordia de nuestro Dios. Hoy, nosotros los creyentes en Cristo, disfrutamos de su provisión con su sacrificio y por su misericordia. Prometió que estaría con nosotros todos los días de nuestra vida. Él cumple sus promesas y somos muchos los que podemos dar testimonio.

Desde el año 2017 hemos vivido momentos difíciles: huracanes, terremotos y pandemia. Puedo testificar que Dios está y ha estado presente en todo momento. Conocemos del pasado y del presente pero no del futuro. Vivimos un día a la vez con la certeza de que Él no nos deja. Me ha librado de la desesperación que pude producir el encierro, las malas noticias, la espera de un mejor día y alguno que otro problema de salud. Cuando siento que desfallezco, levanto mis manos, me sostiene y me da paz.

Ilumina mis días, también los tuyos. Confiemos en su luz que nos da entendimiento.  El entendimiento nos da fuerzas para vencer. Para terminar mi reflexión comparto este texto bíblico en el Salmo 27:1-3: “Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme? Salmo 27:2: “Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron. Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón; Aunque contra mí se levante guerra, Yo estaré confiado”. ¡Que Dios te bendiga hoy y siempre!

Migdalia Correa

¡¡Déjala brillar!!

¡¡Déjala brillar!!

“Por medio de la luz de su hijo Jesucristo, Dios nos da la gran oportunidad de ser de bendición a nuestro prójimo. Sirvamos con amor a los que nos necesitan y mostremos que el gozo de nuestro Señor es nuestra fortaleza. Pongamos nuestra luz en alto para que el mundo sepa que esa paz, ese gozo y esa fortaleza está disponible para todos”.

Comiendo del Pan de Vida

Comiendo del Pan de Vida

“El mismo pan del cielo que fue dado al pueblo de Israel para sustentarlos en el desierto es el mismo Yo Soy el Pan del Cielo (6: vs.51) que invita a la mesa como acto de reconciliación y recordación del nuevo pacto. Reconciliarnos con nuestro Dios sentados a la mesa mediante el que nos invita, es como saborearnos un manjar de su presencia en nuestras vidas sabiendo que el que coma del Pan verdadero no morirá. Les exhorto a no rechazar invitación alguna a la Cena del Señor y que nos presentemos con un corazón agradecido recordando el gran sacrificio de amor que hizo por ti y por mí”.