“Nuestro anhelo es decirte que Jesús es la fuente de vida y que tiene agua para ti. No hay por qué quedarse sediento ante la oferta de agua que hidrata el corazón. No vivas desesperado. Llegó el agua y con ella tu sed es abastecida”.
Llegó el agua
Por el techo
“Amar lo que nos hace daño y altera el propósito de Dios para nuestra vida nos condena. Hace que perdamos el norte y quedemos bajo el dominio de lo que distorsiona nuestra vida. Creer en Dios no es decir o manifestar unas ideas para que la vida nos vaya mejor. Creer en Dios es decidir poner nuestra vida y confianza en Él para que disfrutemos de su plenitud”.
No tengas el sartén agarra'o por el mango
Lo que el viento no se llevó
Un renacer verdadero para ser nuevos
Los pastores van a ...
Cincuenta años llevando las Buenas Nuevas con la misma pasión
Buena y mala memoria
Mi palabra no es la ley
No es saludable engañarnos que somos los reyes y dueños del espectáculo. Nuestra palabra no es la ley o mas bien, que determina los designios de nuestra vida. Nos corresponde fijar nuestra mirada y mente en la ley de Dios para todos. Por eso, el consejo a la nueva generación que entró a la tierra de la promesa era: “Solo te pido que tengas mucho valor y firmeza para obedecer toda la ley que mi siervo Moisés te ordenó. No te apartes de ella para nada; solo así tendrás éxito dondequiera que vayas. Recita siempre el libro de la ley y medita en él de día y de noche; cumple con cuidado todo lo que en él está escrito. Así prosperarás y tendrás éxito” (Josué 1:7-8, NVI).