“La vida de oración, el estudio bíblico, las expresiones de alabanza, los actos de servicio, entre otras cosas más, deberían llevarnos por rutas que nos ayuden a conocer con humildad quien es Dios y cómo le podemos conocer cada vez más. Es probable que eso suponga revisar, observar y caminar”.
Buena y mala memoria
Mi palabra no es la ley
No es saludable engañarnos que somos los reyes y dueños del espectáculo. Nuestra palabra no es la ley o mas bien, que determina los designios de nuestra vida. Nos corresponde fijar nuestra mirada y mente en la ley de Dios para todos. Por eso, el consejo a la nueva generación que entró a la tierra de la promesa era: “Solo te pido que tengas mucho valor y firmeza para obedecer toda la ley que mi siervo Moisés te ordenó. No te apartes de ella para nada; solo así tendrás éxito dondequiera que vayas. Recita siempre el libro de la ley y medita en él de día y de noche; cumple con cuidado todo lo que en él está escrito. Así prosperarás y tendrás éxito” (Josué 1:7-8, NVI).
Conforme pero no conformista
Sin máscaras
En la unidad nos hacemos comunidad
Acepta el reto
Ocúpate
De la interpretación a la interpelación
“Como iglesia en un Puerto Rico que ha estado sumergido en controversias de interpretaciones, nos hace falta un evangelio que haga interpelaciones a favor de la justicia para que hayan caminos de paz. Seamos gestores de esos trayectos que en la interpelación del amor de Dios y justicia a los oprimidos”.